Una Noche de Experimento en la Residencia

Me llamo Isaura, tengo 21 años y estudio biología en una universidad privada. Siempre fui tímida, pero esa noche en la residencia marcó un antes y un después en mi vida. Después de semanas de exámenes, mis amigas y yo decidimos celebrar con una pequeña fiesta privada. Entre risas, música suave y luces tenues, la atmósfera se volvió cargada de deseo y curiosidad.

Entre las chicas estaba Estefanía, una amiga que siempre me había parecido atractiva, pero nunca imaginé lo que sucedería esa noche. Al poco tiempo de comenzar a bailar juntas, sus manos comenzaron a recorrer mi cuerpo con una mezcla de ternura y urgencia que me hizo temblar. La tensión sexual era palpable, y sin decir palabra, nos besamos con una pasión que me desarmó.

Nos dirigimos a una habitación apartada, donde lentamente comenzamos a despojarnos de la ropa. Estefanía me guió con suavidad, explorando cada rincón de mi piel con sus labios y sus manos expertas. Sentí como el placer crecía con cada caricia, y cuando me penetró, sentí una oleada de sensaciones que nunca antes había experimentado. Su ritmo era firme, pero delicado, y me hacía sentir segura y deseada.

Entre gemidos y susurros, descubrimos juntas un mundo de placer, juego y confianza. Esa noche no solo aprendí a disfrutar, sino que también entendí la importancia de la entrega y la conexión. Desde entonces, Estefanía y yo hemos compartido momentos que han hecho que mi vida universitaria sea mucho más intensa y llena de emociones.