Una Noche de Estudio que Se Volvió una Aventura Inolvidable

Me llamo Irina, tengo 22 años y estudio medicina en una universidad privada. Siempre fui muy aplicada y reservada, pero aquella noche de estudio con mis dos mejores amigos, Liam y Kleber, cambió todo para mí. Después de semanas de exámenes, decidimos juntarnos en el apartamento de Kleber para repasar y relajarnos un poco.

La atmósfera se fue cargando lentamente. Entre risas y vasos de vino, las miradas comenzaron a ser más intensas y los roces más frecuentes. Sentí el corazón acelerado cuando Liam apoyó su mano en mi muslo, mientras Kleber me acariciaba el cabello suavemente. La tensión se hizo palpable y, sin que nadie dijera una palabra, nos miramos y comprendimos que esa noche sería diferente.

Nos desnudamos lentamente, disfrutando del calor de nuestros cuerpos contra el frío del piso. Kleber comenzó a besarme el cuello, bajando lentamente hasta mis senos, mientras Liam me acariciaba la espalda con delicadeza. Sentí cómo sus manos se entrelazaban, explorando cada rincón de mi piel con una mezcla perfecta de ternura y deseo.

Me tumbé boca arriba y Liam empezó a besarme con pasión, mientras Kleber recorría mi cuerpo con sus dedos y su boca, despertando cada una de mis terminaciones nerviosas. La combinación de sus caricias me hizo perder el control. Gemía y me retorcía, sintiendo el placer crecer con cada movimiento, cada susurro.

Cuando Kleber me penetró, suave al principio y luego con ritmo firme, sentí que el mundo se desvanecía. Liam seguía a mi lado, tocándome y besándome, haciendo que cada sensación fuera más intensa. El calor de sus cuerpos, el sonido de sus gemidos y mis propios jadeos crearon una sinfonía perfecta.

Nos corrimos juntos, agotados y satisfechos, abrazados y respirando al unísono. Esa noche no solo estudiamos medicina, aprendimos a descubrirnos, a entregarnos y a disfrutar del placer compartido en su máxima expresión.