Mi Esposo Me Descubrió Siendo Infiel Y Terminó Dándome Por Atrás
Categorías: Sexo Anal Relaciones Prohibidas Dominación y Sumisión Consentida
Lo sé, soy una mujer casada. Pero también soy una mujer caliente, insaciable, con fantasías que mi esposo no siempre satisfacía. Una tarde, mientras él trabajaba, invité a un amante a casa. Lo hicimos rápido, intenso, en el sofá. Nunca imaginé que mi esposo volvería antes de tiempo… pero lo hizo. Abrió la puerta justo cuando el otro hombre se venía en mi boca.
Me quedé congelada, con el semen escurriendo por mi lengua. Mi esposo no gritó. No me insultó. Cerró la puerta, miró al otro tipo con furia, y solo dijo: “Lárgate.” El amante huyó como un cobarde. Yo me cubrí el cuerpo, temblando. Pero mi esposo se acercó… y me agarró del cuello. “¿Te gusta jugar a la chica sucia? Pues ahora sí vas a saber lo que es ser una.”
Me tiró al suelo, de rodillas, me azotó las nalgas con la mano abierta hasta dejarlas rojas. “No vas a sentir placer… vas a obedecer.” Me metió dos dedos en la boca. “Chúpalos. Bien. Como hiciste con él.” Yo lo hice, mojada, excitada por la ira y el dominio. Me empujó contra el respaldo del sofá, me abrió las nalgas y escupió directo en mi ano. “Nunca lo hicimos por aquí, ¿no? Hoy sí lo harás.”
Me la metió de golpe, sin piedad. Grité, me quejé, y él solo me sujetaba fuerte de las caderas, follándome con rabia y venganza. “Vas a recordarlo cada vez que te sientes…” me decía. Me llenó por dentro, me hizo suya como nunca antes. Al terminar, me dejó tirada, goteando. Se fue al baño, se limpió… y me dijo: “Ahora sí estamos a mano.”