Me Comió En Plena Biblioteca De La Universidad

Soy estudiante de tercer año en una universidad privada, y esta historia no la olvidaré jamás. Él era mi compañero en clases de psicología: Hugo, alto, de barba descuidada, mirada intensa y labios gruesos. Siempre nos mandábamos indirectas, pero nunca habíamos cruzado la línea… hasta ese miércoles. Estábamos en la biblioteca, zona de estudios grupales, pero nos quedamos solos después del cierre. El ambiente era silencioso, tenso, casi prohibido.

Me acerqué para mostrarle un apunte en la pantalla y nuestras rodillas se rozaron. Sentí su mano sobre mi muslo. “Estás muy rica así, con esa faldita”, me susurró al oído. Me temblaron las piernas. Sin decir nada, me tomó del cuello y me besó. Me derretí. “Ven”, me dijo. Me llevó detrás de una de las estanterías más alejadas. Oscuro. Nadie nos vería ahí. Me sentó sobre una mesa de lectura, bajó mi ropa interior, y sin perder tiempo, hundió su rostro entre mis piernas.

Su lengua era precisa, húmeda, deliciosa. Me lamía lento, luego rápido, luego dibujaba círculos sobre mi clítoris con la punta. Yo me mordía los labios para no gritar. Sentía su respiración caliente, sus dedos entrando en mí mientras me devoraba sin pudor. Me venía a chorros, mojándole la barba, aferrada a los bordes del escritorio. “Shhh… calladita que estamos en la biblio”, me decía riendo con la boca entre mis labios mojados.

Me hizo venirme dos veces más antes de parar. Se limpió con su camiseta, me dio un último beso húmedo entre las piernas y dijo: “La próxima me toca a mí, princesa.” Desde ese día, cada vez que estudio… me mojo. Porque sé que en cualquier momento, volverá a hacerme suya entre libros, silencio y gemidos ahogados.