Lo Que Empezó en el Gimnasio

 

Categorías:  Gay Primera Vez Sexo Oral

 

Mi nombre es Adrián, tengo 29 años, y esta historia ocurrió cuando tenía 20 años. Había empezado a ir al gimnasio del barrio para mejorar mi físico. Allí conocí a Bruno, un entrenador personal con cuerpo de escultura, sonrisa irresistible y una seguridad que imponía. Siempre tenía una forma sutil de acercarse, de tocarme para corregir mi postura… y con el tiempo, eso empezó a hacerme sentir cosas que nunca había sentido por otro hombre.

Una tarde, mientras el lugar estaba casi vacío, me ofreció una sesión privada en el vestuario para corregirme “la técnica de estiramiento”. Accedí sin pensarlo. Entramos y cerró la puerta. Me pidió que me quitara la camiseta y se acercó por detrás, colocando sus manos firmes sobre mis caderas. “Estás más tenso de lo que pensé,” dijo con una sonrisa. Se inclinó, y sin previo aviso, sus labios rozaron mi cuello. Me estremecí. Me giró suavemente y me besó en los labios. Fue mi primer beso con otro hombre… y fue perfecto.

No hubo tiempo para pensar. Me sentó en una banca, bajó mis pantalones, y con una mirada intensa, comenzó a lamerme con una precisión increíble. Su boca lo hacía todo, lenta y profunda, mirándome directo a los ojos mientras me derretía por completo. Mi respiración se aceleró, mi cuerpo temblaba, y cuando me corrí en su boca, él no paró hasta que me dejó vacío y jadeando.

Bruno fue mi primera vez con un hombre. Lo que empezó como una rutina en el gimnasio, terminó siendo el despertar de un deseo oculto. Desde ese día, no volví a entrenar igual… porque cada sesión venía con recompensa.