Me llamo Ashley, tengo 28 años y soy una chica reservada y tímida, hasta que conocí a Noralma, una mujer dominante, apasionada y llena de misterio que llegó a nuestro Departamento. Desde el primer momento, su mirada me cautivó y despertó en mí un deseo que nunca antes había experimentado.
Una noche, después de una fiesta, Noralma me invitó a su habitación. Cerró la puerta suavemente y comenzó a besarme con una pasión que me dejó sin aliento. Sus labios recorrieron mi cuello, mis hombros y descendieron hasta mis senos, acariciando cada rincón con ternura y deseo.
Me desnudó lentamente y me tumbó en la cama, explorando mi cuerpo con sus manos y su lengua, despertando sensaciones intensas y profundas. Me enseñó a confiar, a abrirme y a sentir el placer con una intensidad que me hizo gemir y temblar.
Desde esa noche, supe que juntas descubriríamos un mundo lleno de fantasías, pasión y placer que jamás olvidaré.