La Manipulación de Mi Tía Karly

 

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Me llamo Ángelo, tengo 23 años y la experiencia que viví con mi tía Karly cambió por completo mi vida. Karly es una mujer madura, segura y con una presencia dominante que me hacía sentir vulnerable y a la vez deseado. Cuando mis padres se ausentaron por unos días, me quedé en su casa, sin saber que esos días serían los más intensos y transformadores de mi vida.

Una noche, mientras veíamos una película, Karly me llamó a su habitación. Cerró la puerta y me ordenó desvestirme lentamente. Sentí su mirada penetrante mientras obedecía sin dudar. Me ató las muñecas con una bufanda de seda y me hizo arrodillar frente a ella.

Sus caricias eran firmes y suaves a la vez. Me penetró lentamente, enseñándome a confiar y a entregarme sin miedo. Cada embestida era un recordatorio de su poder y de mi sumisión. Me llevó al clímax una y otra vez, susurrándome palabras que despertaban en mí sensaciones intensas y profundas.

Al amanecer, me abrazó y dijo: “Eres mío, Ángelo.” Desde esa noche, su dominio se convirtió en mi mayor placer y adicción.