Me llamo Allie, tengo 22 años y estudio medicina. En una fiesta universitaria, conocí a Iker y Jared, dos chicos atractivos y seguros que me invitaron a una aventura que jamás olvidaré. La música era alta, el alcohol fluía y la tensión entre nosotros crecía.
Después de varias rondas de bebidas, nos retiramos a una habitación apartada. Iker me besó con pasión mientras Jared me acariciaba por detrás. Me quitaron la ropa lentamente, dejándome completamente vulnerable y deseosa.
Iker comenzó a explorar mi cuerpo con su lengua mientras Jared me preparaba para lo que venía. Sentí cómo sus dedos se deslizaban por mi espalda y bajaban hasta mi entrepierna, y luego una presión distinta: me penetró suavemente por el ano, despertando sensaciones nuevas y profundas.
Iker me tomó de la mano y me guió hacia él, entrando lentamente en mí con ritmo firme. La mezcla de ambos, sus cuerpos, sus besos, sus caricias, me hizo perder la razón. Gemía y me entregaba por completo, disfrutando cada instante de ese juego prohibido y excitante.
Terminamos exhaustos, sudados y felices, sabiendo que aquella noche había marcado un antes y un después en mi vida universitaria.