La Esposa de Mi Jefe Nos Invitó a Jugar

 

Categorías:  Mujeres Maduras Tríos Sexo Anal

 

Me llamo Fabián, tengo 27 años y trabajo en una agencia de marketing. Desde que ingresé, noté que el jefe tenía una esposa impactante: Leila. Cuarentona, elegante, curvas de infarto, y una forma de mirarte que te desnudaba sin tocarte. Todo el equipo la deseaba, pero nadie se atrevía. Hasta que una noche, en una cena corporativa, todo cambió.

Después de unos tragos y bromas subidas de tono, ella me tomó del brazo y me susurró: “¿Te gustaría venir a casa esta noche? A mi esposo no le molesta compartir.” Me quedé helado… pero acepté. Al llegar, él nos esperaba en bata, sonriendo, como si fuera parte del juego. Leila me empujó contra el sofá, me besó con fuerza y dijo: “Esta noche eres nuestro.”

Comenzó a quitarme la ropa lentamente mientras su esposo observaba. Me sentía entre nervioso y excitado. Se arrodilló y empezó a chuparme con una experiencia que me dejó sin aire. Su lengua era cálida, profunda, deliciosa. Cuando me corrí, lo tragó todo sin despegar los ojos de los míos. “Ahora viene lo bueno,” dijo con una sonrisa maliciosa.

Me llevó al dormitorio y se colocó en cuatro . “Quiero que me lo metas por atrás mientras mi esposo me lame.” No podía creerlo. La penetré lentamente por el ano, sintiendo cómo su cuerpo me apretaba, mientras él la devoraba desde abajo. Leila gemía salvajemente, atrapada entre dos placeres. Me sujetaba las caderas, pidiéndome más. Su esposo me miraba con deseo, y en un momento, se arrodilló detrás de mí y comenzó a lamerme también…

Terminamos los tres desnudos, sudados, agotados… pero satisfechos. Lorena me acarició el pecho y dijo: “Puedes venir cuando quieras. Aquí, los límites… no existen.” Desde entonces, cada tanto, recibo una invitación discreta al departamento. Y yo… nunca digo que no.