El Tutor de la Facultad

 

Categorías:  Gay Universitarias Relaciones Prohibidas

 

Me llamo Tomás, tengo 23 años y estudio Letras. Siempre fui discreto con mi sexualidad, especialmente en la universidad. Pero todo cambió cuando me asignaron a Elías como tutor académico: estudiante de último año, carismático, de voz firme y mirada profunda. Desde el primer día noté algo en su forma de hablarme, de acercarse demasiado, de tocarme el hombro mientras explicaba… algo que me hacía temblar.

Una tarde, después de clases, me ofreció ayudarme en su departamento con un ensayo. Acepté sin sospechar lo que pasaría. Al llegar, todo estaba en silencio. Me ofreció una cerveza y nos sentamos frente al portátil. Después de unos minutos, me miró fijamente y dijo: “No quiero que sigas escondiendo lo que sientes.” Me congelé. “Yo tampoco lo haré.”

Se acercó y me besó sin pedir permiso. Su boca sabía a deseo contenido. Me dejó sin aliento. Me empujó contra el sofá y comenzó a desabrocharme la camisa. Su seguridad me desarmaba. Se arrodilló frente a mí, bajó mi pantalón y lo miró con una sonrisa. “Tu primera vez será conmigo… y no la olvidarás.”

Su lengua fue precisa, cálida, envolvente. Me lamía lentamente, saboreando cada parte. Me sujetaba fuerte de las caderas mientras me devoraba con una pasión que jamás imaginé. Me hizo gemir, gritar su nombre, y cuando estuve a punto de correrme, se detuvo. “Ahora, me toca a mí.”

Se quitó la ropa, se colocó encima de mí y comenzó a frotarse. Luego escupió sobre su mano y me guió hasta su entrada. Me miró a los ojos y dijo: “Hazlo.” Entré con cuidado. Era estrecho, ardiente, delicioso. Se movía sobre mí con fuerza, gimiendo como si me necesitara desde siempre. Su cuerpo dominaba el mío. Era él quien me montaba, quien me marcaba el ritmo. Cuando me corrí dentro de él, gritamos juntos.

Desde entonces, nuestras tutorías no volvieron a ser académicas. Y aunque la universidad nunca lo supo… yo aprendí más que en cualquier clase.