El Profesor Nos Aprobó a Las Dos… En Su Cama

Era la última semana del semestre y mi amiga Carla y yo estábamos a punto de reprobar Literatura Erótica. Sí, esa era la materia, y el profesor Ramiro, de unos 40 años, era tan estricto como irresistible. Pelo entrecano, anteojos, voz pausada, pero mirada de depredador. Después de clases, Carla y yo bromeábamos con fantasear sobre él… hasta que una tarde decidimos quedarnos a “hablarle en privado”.

Nos presentó su oficina cerrada, y le planteamos nuestra preocupación por las calificaciones. Él no respondió con palabras, solo nos miró fijo… y luego dijo: “Hay maneras… de demostrar que aprendieron.” Cerró la puerta con llave. Carla y yo nos miramos, sabiendo perfectamente que estábamos cruzando un límite… y nos encantaba.

Nos pidió que nos desnudáramos frente a él. Obedecimos. “Ahora… bésense.” Nuestros labios se encontraron, nuestras lenguas jugaron, y mientras lo hacíamos, él se desabrochaba el cinturón con calma. Se sentó en su sillón de cuero y nos hizo arrodillarnos. Nos turnamos para chuparle la polla. Él gemía bajo, controlando todo, dándonos indicaciones como si leyera un texto.

Luego nos puso sobre el escritorio. Carla boca arriba, yo sobre ella, ambas abiertas. Nos lamió, nos metió los dedos, nos hizo gemir como niñas malcriadas. Cuando se metió dentro de mí, Carla me besaba los pezones. Luego cambió, la tomó a ella, y me metió su lengua mientras la follaba. Era un baile de placer, saliva, semen y gemidos. Nos corrimos las dos gritando. Él terminó sobre nuestras barrigas, jadeando.

Nos limpió con hojas de examen y nos dijo: “Felicitaciones… han aprobado con honores.” Desde entonces, cada vez que él nos ve, nos guiña un ojo. Y nosotras… solo esperamos la próxima evaluación.