El Cuñado que Me Enseñó Lo Que Es Gozar

 

Categorías:  Gay Sexo Oral Dominación y Sumisión Consentida

 

Mi nombre es Derian, tengo 22 años, y nunca había estado con otro hombre… hasta que conocí a Christian, el esposo de mi hermana. Alto, moreno, con barba y una voz grave que me dejaba sin aire. Cada vez que lo veía salir del baño con la toalla en la cintura, mi cuerpo reaccionaba sin permiso. Pero era un deseo imposible… o eso creía.

Una noche, en una reunión familiar, todos se fueron a dormir y quedamos los dos tomando cerveza en la sala. Christian estaba relajado, con una camiseta ajustada y short sin ropa interior. Noté el bulto evidente… y creo que él notó cómo lo miraba. Se acercó, me puso una mano en la pierna y dijo: “¿Quieres saber cómo es ser un macho de verdad?”

Me quedé helado, pero no dije que no. Me llevó al garaje, cerró la puerta y me empujó contra el coche. “No te muevas, solo obedece.” Se arrodilló, bajó mi pantalón y se lo metió a la boca como si lo hiciera todos los días. Su lengua recorría cada parte con maestría. Me tenía contra las cuerdas, jadeando, sin poder controlar los espasmos.

Luego se levantó, me giró y me hizo tocarme mientras él me susurraba obscenidades al oído. “Así me gusta, sumiso… obediente.” Su tono me excitaba aún más. No llegamos a más esa noche, pero me hizo prometer que repetiríamos.

Desde entonces, cuando mi hermana se va al trabajo, yo voy a “visitar a mi cuñado”. Y lo que pasa entre nosotros… solo él y yo lo sabemos. Cada vez me hace más suyo… y ya no quiero escapar.