Dos Amigas de Clase Me Convirtieron en Su Muñeca

 

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Cuando llegué a el colegio, jamás imaginé que terminaría enredada con dos chicas al mismo tiempo. Era tímida, centrada en mis estudios, pero todo cambió cuando conocí a Renata y Julia. Eran inseparables, siempre juntas en clase, cómplices de algo que no podía descifrar. Ambas eran hermosas: Renata, morena, de curvas generosas y voz dulce. Julia, delgada, rubia, con una mirada que te desnuda sin tocarte. Me adoptaron rápidamente en su grupo… y después, en su cama.

Una tarde, fuimos a su departamento a estudiar. La música sonaba suave, el vino ya corría, y yo me sentía nerviosa. Julia me miró directo a los ojos y dijo: “¿Te gustaría besarnos?” No supe qué decir. Solo asentí. Se acercaron lentamente y me besaron al mismo tiempo. Sentí sus lenguas bailando entre las mías. Mi cuerpo temblaba. Renata me quitó la blusa, Julia bajó mi pantalón. Me sentaron en el sillón como si fuera una muñeca… su muñeca.

Julia comenzó a chuparme los pezones mientras Renata se arrodillaba entre mis piernas y comenzaba a lamerme sin aviso. Su lengua era lenta, profunda, caliente. Julia me mordía el cuello, susurrándome que estaba hermosa así, temblando por ellas. Me corrí tan fuerte que mi cuerpo se arqueó sin control. No me dejaron descansar. Me desnudaron por completo y me llevaron al colchón del suelo, donde ya tenían juguetes preparados.

Me vendaron los ojos. Sentí manos, lenguas, dedos por todas partes. Me metieron un dildo en la boca mientras me follaban con otro entre las piernas. No sabía cuál de las dos me estaba lamiendo, cuál me estaba montando, pero cada movimiento me volvía más adicta. Me corrí una y otra vez, empapada, rendida. Me sentía suya… usada… feliz.

Al final, me abrazaron, me limpiaron y Renata me susurró al oído: “Ya no eres solo nuestra compañera… ahora eres nuestra muñeca de placer.” Desde entonces, estudio poco. Pero aprendo… cada noche, entre sus piernas, entre gemidos compartidos.