Bajo el Placer de La Voluntad de Alvaro
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Me llamo Roman, tengo 24 años y trabajo en una empresa donde mi jefe de Area, Álvaro, es un hombre imponente y dominante. Desde el primer día sentí que había una tensión especial entre nosotros, pero nunca imaginé hasta dónde llegaría esa atracción.
Una noche, después de una reunión que se extendió hasta tarde, Álvaro me invitó a su oficina. Cerró la puerta y con voz firme me ordenó que me arrodillara. Sentí su autoridad envolviéndome mientras me desnudaba lentamente y ataba mis manos con una bufanda de seda.
Sus caricias eran una mezcla perfecta de firmeza y ternura. Me penetró con paciencia, marcando el ritmo y dominando cada movimiento. Me susurraba palabras que me hacían rendirme a su voluntad, llevándome al clímax una y otra vez.
Desde esa noche, su dominio se convirtió en mi mayor placer y adicción, y cada encuentro es un viaje de entrega total y descubrimiento.